Se acerca mi cumpleaños, y me he dado cuenta de que por estas fechas, a pesar de que nunca he celebrado mi cumpleaños de una manera particularmente efusiva, me pongo medio nostálgico.
Así que llevo varios días acordándome de cosas que hacía en Madrid y que he dejado de hacer por un motivo u otro a este lado del charco. Y como este blog poco a poco se ha ido convirtiendo en una especie de extensión de mi cabeza pues voy a anotar aquí algunas de estas cosas.
- Caminar: Y esto puede parecer una tontería, a fin de cuentas, ¿a quién le gusta caminar? Pues a mí.
Recuerdo esas caminatas por Madrid o por San Lorenzo, cuando dejas la mente divagar y te dedicas a mirar las calles, las personas, o el paisaje.
Ahora que voy de un lado a otro en coche por necesidades prácticas (Panamá no es una ciudad para caminar) me he dado cuenta de que esa parte de mi personalidad se está durmiendo, consumida por la rabia del conductor acelerado y por el tráfico caótico.
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El Transporte Público: Y aquí tengo que romper una lanza en mi propia cabeza en favor del transpone público de Madrid. Reconozco que me he quejado una y mil veces del transporte de Madrid. A veces con razón, a veces no con tanta razón, pero hay que reconocer que el transporte público de Madrid en particular y de España en general es cojonudo.
Recuerdo cuando me levantaba a las 5:30 para montarme en el autobús de las 6:15 y llegar al trabajo a las 9:00. Recuerdo cuando apoyaba la cabeza sobre la fría ventana y pensaba… las ganas que tengo de ir al trabajo en coche.
Bueno ahora voy todos los días al trabajo en coche y que queréis que os diga, es más cómodo ir en bus 😀
Aprovechas para leer, pensar, dormir. No te tienes que preocupar de parking… a veces va lleno, eso si no lo puedo negar, pero viendo las cosas con perspectiva le veo más ventajas que desventajas.
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El frío: Y ahora sí reconozco que estoy siendo completamente subjetivo porque recuerdo que esas madrugadas de Enero a las 6 a.m. de camino al autobús, no me gustaba tanto.
Pero hay algo hermoso en tener las cuatro estaciones del año y ver como todo cambia a medida que pasa el año. El blanco de la nieve deja paso al verde de la primavera (y las alergias), luego el amarillo del seco verano Madrileño y finalmente el dorado del otoño en San Lorenzo…Eso sí se extraña, sobre todo el otoño.
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La Cultura: Y las facilidades que tenemos en Europa para ir de un lado al otro sin gastar excesivo dinero.
Viajar dentro de Europa está tirado de dinero. Si te lo montas bien puedes organizarte un pequeño viaje de fin de semana cada mes para conocer un poquito de las principales capitales europeas, y descubrir sitios increíbles de las ciudades no tan famosas y conocidas.
Como decimos en España, yo siempre he sido culo de mal asiento (esto seguramente sea malinterpretado por mis lectores panameños, pero conste que en España culo = trasero y no es una palabra mal sonante), así que a la primera oportunidad que tenía para agarrar una mochila, la cámara y un avión, ahí me iba. Y lo bueno de viajar y conocer gente y lugares es que puedes comparar, aprender y en genera enriquecerte con la cultura de otros lugares y las experiencias vividas.
Habitaciones de hotel con ratas (o al menos tenía toda la pinta) en Roma, Hamburguesa con coca cola por 30€ en París (todavía me duele esa), comer carne cruda y fría (cold meat) pensando q era carne al carbón (coal meat, maldito acento francés), caminar de noche perdido en Venecia con un frío húmedo que calaba hasta los huesos totalmente borracho… y no importarte!
Y los museos, mil y un sitios para ver y conocer todo tipo de arte, antiguo, vanguardista, pintura, escultura…
Todavía recuerdo cuando, matando tiempo mientras esperaba a una, por aquel tiempo novia en Bologna, entré en una especie de galería de arte y me pasé 4 horas viendo grabados y manuscritos de nosequé familia Italiana del medioevo.
Sé que llevo tiempo adormilado, llevo sin ser la persona que era mucho tiempo.
Tal vez pensé que era hora de asentar cabeza, tal vez pensé que era tiempo de cambiar el ritmo de vida. O a lo mejor pensaba que podía convertirme en otra persona… Pero al final el agua encuentra su cauce. (O dicho de manera menos lírica, la cabra siempre tira p’al monte!)
A veces, para construir algo nuevo y mejor hay que destruir lo viejo y comenzar de cero.
Creo que esa es una buena analogía para mi vida, así que creo que voy a comenzar a desescombrar y a construir algo que merezca la pena.
Quién sabe por donde camine el día de mañana, pero estoy seguro de que si estoy fuera de Panamá, estaré escribiendo algo similar, sólo que haciendo referencia al clima del trópico, la alegría de vivir que tiene aquí la gente, y seguramente incluso llegue a extrañar un poquito el tráfico y el ir al trabajo en coche todos los días 😉
Algunas fotos de los lugares mencionados
Monmartre, por cortesía de Panoramas
Les Invalides, por cortesía de R. Duran
Bologna, por cortesía de Paolo Margari
Venecia de noche, por cortesía de Garron Nicholls
San Lorenzo del Escorial en Otoño, por cortesía de Cuellar
Panamá, plaza de la Independencia, por cortesía de Alessandra del Tufo